Un buen mantenimiento preventivo incluye la revisión periódica de los diferentes elementos que hacen parte de la motocicleta. Esto ayuda a que se alargue la vida útil de los componentes y a mejorar las condiciones de seguridad con las que vas a rodar.

• Motor:
  • Cambio de aceite y filtro de aceite: Se lubrica y limpia el motor, siendo crucial para evitar el desgaste prematuro.
  • Cambio o limpieza de filtro de aire: Un filtro limpio asegura la eficiencia del motor.
  • Revisión de bujías: Se verifican y, si es necesario, se cambian las bujías, encargadas del encendido.
  • Ajuste de válvulas: Importante para el correcto funcionamiento del motor.
• Sistema de frenos:
  • Revisión de pastillas y discos (o zapatas para frenos de tambor): Se verifica el desgaste y se reemplazan si es necesario.
  • Cambio de líquido de frenos: Se realiza periódicamente según las recomendaciones del fabricante.
• Neumáticos y llantas:
  • Revisión de presión y desgaste: Se asegura la estabilidad y seguridad al circular.
• Cadena y transmisión:
  • Limpieza, lubricación y ajuste de cadena: Mantenerla en óptimas condiciones es vital para la transmisión.
• Otros sistemas y componentes:
  • Revisión de luces (faros, intermitentes, traseras) y bocina: Asegura la visibilidad y la comunicación vial.
  • Mantenimiento de la batería: Verificar su estado y nivel de carga, y reemplazarla si es necesario.
  • Revisión de líquido refrigerante: Si la moto es refrigerada por líquido, se revisa el nivel, color y duración del refrigerante, y se purga el sistema si es necesario.
  • Lubricación de guayas: Para el correcto funcionamiento de los sistemas de aceleración y embrague, entre otros.
  • Ajuste de tornillería general: Para asegurar que todos los componentes estén bien apretados.